martes, 22 de marzo de 2011

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Fukushima

Da que pensar la facilidad con la que el ser humano es capaz de olvidar cualquier cosa. Y asusta la caducidad de los acontecimientos desde que toda la información "vuela" en la nube.

La humanidad debería estar pendiente día y noche del transcurso de los acontecimientos en una prefectura de Japón llamada Fukushima donde alrededor de doscientas personas se siguen jugando la vida por evitar una catástrofe mundial.

Pero olvidamos rápido, enseguida ponemos el foco en otra cosa, me gustaría creer que es algo innato en el ser humano y no atiende a ningún tipo de conspiración internacional, un tipo de control mental mediante la información... la información es poder, y hoy en día todo es información.

Es sintomático ver como mensajes importantes en las redes sociales pasan desapercibidos, y sin embargo todo tipo de chorradas nos inundan, y estás desfasado si no has visto el último vídeo idiota donde un tipo con monopatín se cae por unas escaleras.

Estamos sumidos en una situación de crisis, pero tenemos dinero para ir a la guerra contra Libia. Sube el precio del petroleo pero tenemos combustible para coches y aviones oficiales. Estamos sumidos en la oscuridad energética pero tenemos dinero para instalar molinos eólicos que languidecen parados. Desechamos la energía nuclear pero no invertimos en encontrar una fuente de energía limpia y prácticamente inagotable (fisión versus fusión), y seguimos pagando por la custodia de nuestros residuos nucleares a países vecinos.

No sé si en Fukushima hay héroes, lo que tengo claro es que poca gente se expone a un cancer por hacer su trabajo, por mucho dinero que se pueda pagar.

Si rezáis a algún Dios, cuando lo hagáis acordaros de la gente de la prefectura de Fukushima, seguro que cualquier ayuda les viene bien, aunque sea una oración, algo que para muchos ya no tiene sentido.